Si tenéis ganas de leer algo sencillo, casi ingenuo, de fácil y agradable lectura, sin muchas complicaciones porque para nosotros no es ninguna novedad la maldad absoluta de la guerra, ésta es vuestra novela.
No le pidáis más. Está bien escrita y se lee en muy poco tiempo.
“La comedia humana” data de 1943. Quizás interesa saber que Saroyan trabajó en la Compañía de Telégrafos de San Francisco, por lo que la novela (como debe ser lo habitual en sus escritos) se nutre de sus propias experiencias vitales.
Homer Macauley trabaja como mensajero para una compañía de telégrafos y se convierte en testigo de la vida cotidiana de los habitantes de Ithaca, una pequeña población del valle de San Joaquin, en California, que ve como muchos de sus soldados, en plena Segunda Guerra Mundial, no regresan del frente. Cada telegrama que entrega es el nuevo anuncio de una nueva víctima, una ventana que se cierra en el entorno familiar del desaparecido y, a la vez, un paso más en su conocimiento del mundo y del comportamiento humano. La comedia humana es la más célebre de las novelas de Saroyan y, en ella, la vitalidad y la candidez dibujan un inolvidable alegato contra lo absurdo de todas las guerras.
Escena de la película de 1943, Homer Macauley (Mickey Rooney) entregando un telegrama