Citando a Montaigne

Cuando no tengo nada interesante que leer acudo a mi pequeña biblioteca y tomo alguno de mis libros fetiche. Lo abro por una página cualquiera, leo y disfruto. Por algo son libros fetiche. Uno de los que más utilizo es "Los ensayos" de Montaigne. Me apetece compartir en este foro tres cachitos encontrados a lo largo de tan sólo cuatro páginas. El tema es la sencillez o la complejidad al expresarse. Ahí van.

 

 He oído excusarse a algunos por no poder expresarse, fingiendo tener la cabeza llena de muchas cosas hermosas mas imposibles de mostrar por falta de elocuencia. Es un engaño. ¿Sabéis qué creo yo que es? Sombras que les vienen de algunos conceptos informes que no pueden desenredar ni esclarecer en su interior, ni por consiguiente sacar a la luz exterior: ni ellos mismos se entienden. (…) Yo por mi parte, mantengo, y Sócrates lo asegura, que quien tiene en la mente una idea viva y clara, la expresará ya sea en bergamasco (dialecto de Bérgamo), ya sea con gestos si es mudo.

(…)

Los embajadores de Samos habían acudido a ver a Cleómenes, rey de Esparta, pertrechados con un largo y hermoso discurso para empujarlo a la guerra contra el tirano Polícrates. Una vez les hubo dejado terminar, díjoles: Por lo que respecta a vuestro comienzo y exordio, ya no lo recuerdo, ni por consiguiente lo que sigue; en cuanto a la conclusión, no la quiero llevar a cabo.

(…)

Quiero que las palabras se superen y colmen de tal manera la imaginación del que escucha, que no tenga éste recuerdo alguno de las palabras. El lenguaje que me place es un lenguaje sencillo y natural, igual sobre el papel que en la boca; un lenguaje suculento y nervioso, corto y apretado; no tanto delicado y pulido como vehemente y brusco [La única buena expresión es la expresión que conmueve – Lucano, Epitafio], antes difícil que tedioso, alejado de toda afectación, desordenado, deshilvanado y atrevido; que cada trozo tenga cuerpo; ni pedante ni frailuno ni leguleyo sino más bien soldadesco, como llama Suetonio al de Julio César; aunque no sé muy bien por qué se lo llama.

 

Alberto Arzua

 

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