Este menda es el escritor de Trainspotting, libro que decidí no-leer después de haber visto unas muy deprimentes escenas de la película. Mal hecho. La gente me comenta que es una película muy divertida. Bueno. A lo mejor ver a unos colgadísimos moribundos diciendo chorradas resulta la bomba. No lo sé. Me parece que estos asuntos los llevo mejor leídos, sin tener que soportar los caretos de unos actores maquillados de sidosos. Cosa rara. En literatura soy capaz de disfrutar con (casi) cualquier burrada, sobre todo si está contada con sentido del humor.
Col recalentada consta de ocho relatos, dos de ellos bastante largos, el que da título al libro y el último, que tiene un final bastante sorprendente, inesperado en su contexto, y que a mí me ha dejado un excelente sabor de boca.
Resumiendo mi opinión: me acabo de hacer fan (seguidor) instantáneo de Irvine Welsh. Tiene un sentido del humor demoledor, es muy ágil, siempre interesante, y te descoloca con mucha frecuencia. Es capaz de todo, su literatura no tiene límites, ni en situaciones, ni en desarrollo, ni en puntos de vista. Igual te está contando cosas un colgao, que otro colgao, que un facha, que un extraterrestre… todos con la misma frescura y credibilidad. Su mundo, que en un principio puede parecer estrecho (descerebrados varios) te explota en las manos cuando menos te lo esperas.
Tiene prácticamente todo lo que busco en un escritor. Te seduce a lo bestia. En estos cuentos me ha llevado de la nariz, ahora por acá, ahora por allá, y tú le sigues moqueando y feliz, porque cada cosa que te muestra te vivifica y satisface. Magnífico literato, señores, magnífico. Y no se dejen engañar por el ambiente en sí, como a mí me pasó con la película, porque estos esquejes de seres humanos (me acabo de enterar que repiten de un libro a otro los protas) pueden enseñarnos tanto acerca de nuestra naturaleza como cualquier otro personaje literario más o menos culto
Y paro de hiperbolizar porque a lo mejor ustedes no tienen los mismos gustos que yo y les estoy liando. Pero que conste que se podrían analizar favorablemente muchas otras características literarias de este Irvine Welsh.
Acabemos con tres pequeñas citas, tan atípicas como él mismo.
Comparando terrícolas con extraterrestres.
Al igual que sucedía con los humanoides terrícolas, la historia temprana de Cyrastor estuvo dominada por una sucesión de profetas, evangelistas, mesías, sabios y visionarios que se las ingeniaron para convencerse tanto a sí mismos como a sus seguidores de que conocían los secretos de universo. Algunos hicieron poco más que el ridículo en vida, pero la influencia de otros se hizo sentir durante generaciones.
Y mira qué pasa cuando aparece la nave espacial.
Algunos, sin ser religiosos, se santiguaron; otros, que lo eran , renunciaron enseguida a todo aquello en lo que les habían enseñado a creer.
Tras el sexo, satisfactorio solo para alguno.
¿Y qué pasa?, gimió él con amodorrada petulancia, como una criatura enfrentada a otra de más edad y con los ojos puestos en sus golosinas.