He aquí un best seller estupendo, bien escrito, divertido y… gordo, como tiene que ser. La cosa va de narcotraficantes despiadados, policías corruptos, agentes antidroga impresentables, putas infames, gángsteres crueles, políticos putrefactos y un largo etcétera de personajes que se desenvuelven con desenvoltura en el caos de asesinatos, salvajismo y destrucción que ellos mismos han montado… hasta que acaban muriendo casi todos. Como tiene que ser.
No les cuento el final más que nada por ser coherente con mis propios principios, pero la verdad es que el final es lo de menos, aunque no decepciona en absoluto. Todo lo que sucede a lo largo de las más de 700 páginas de esta novela está bien traído, bien llevado, bien contado, bien manejado, bien liado y bien redondeado, porque el argumento es de una perfección totalmente inusual. Tanto lo que sucede como los protagonistas siguen en su evolución una lógica apabullante y demoledora, a la vez que sorprendente. Esto es un verdadero best seller y no las cosas del Dan Brown.
Por cierto, que la acción se desarrolla sobre todo en el México más lamentablemente auténtico. Incluso aparecen personajes reales. La información que recibimos del autor acerca del mundo del narcotráfico y de la corrupción política y policial es extraordinaria. Tan sólo por estos conocimientos, trasmitidos de primera sangre, merece la pena leerse. Y no piensen que la cosa va de que los malos son todos mexicanos. No, ni muchísimo menos. No digo más, pero hacía el final aparecen unos nuevos malvados que les van a encantar.
Hay chica guapa y hay chico listo, cierto, pero también hay dosis masivas de crueldad gratuita, como en la misma vida. Lo comento por si no les apetece leer una barbaridad tras otra. Todas bien traídas, eso sí.
Resumiendo, una novela de calidad y apasionante, ¿qué más se puede pedir? Yo la he leído en cuatro días. Y no es que me sobre el tiempo, sino que voy mucho en metro. Se lo recomiendo.
Alberto Arzua