David Brin es un excelente (etimología: del latín excellens, “sobresaliente, que excede de la talla de otro”) escritor contemporáneo de ciencia-ficción. En esta novela de 490 páginas nos plantea un futuro donde las personas podrán hacer todas las copias de sí mismas que quieran. Esas copias (gentes de barro), que comparten casi todas las características del original, viven durante un día, al final del cual descargan sus vivencias en el cerebro matriz… y se deshacen. Imagínense ustedes las posibilidades del invento. No voy a dar ninguna pista pero de seguro que a David Brin se le han ocurrido muchas más que al común de los nosotros. Solo en este sentido esta obra ya es divertidísima.
Pero además esta novela es un auténtico thriller frenético, con investigaciones, personajes, asesinatos, vueltas de tuerca, emoción, acción… y una gran dosis de pensamiento crítico. Los planteamientos y conclusiones son sorprendentes y muy inteligentes, y se suceden uno tras otro, por lo cual la lectura se hace en todo momento muy amena y gratificante. Consigue que su extrañísimo mundo imaginario se nos haga verosímil y que su personajes, tanto los reales como los clonados (verdaderos protagonistas) se nos vuelvan cercanos, reales, actuales, humanos. Inmenso logro.
No es un escritor de grandes frases, así que no adjunto ninguna cita. O a lo mejor es que estaba yo tan absorto en la lectura que no me ha dado tiempo ni a subrayar. Sea como sea, los amantes de la buena ciencia-ficción (entre los que recientemente me incluyo) tienen aquí una mina de oro. Seguiremos cavando.
ültimamente me estoy aficionando a la ciencia ficción. Tiene buena pinta. Me lo apunto. Gracias por el aporte.
Besos