Con su subtítulo (2500 años de conflicto entre Oriente y Occidente) queda perfectamente definido el alcance de este libro. Se trata de una exhaustiva y amena recopilación histórica de las relaciones (conflictos, dice el autor, muy oportunamente) entre dos concepciones vitales, unas veces muy alejadas, otras no tanto. De lectura obligatoria para quien desee entender mejor el mundo en el que vivimos.
Y de lectura gozosa también, porque Anthony Pagden forma parte de esa gloriosa tradición de ensayistas anglosajones que consigue, libro tras libro, que la cultura sea lo que verdaderamente es: una experiencia indispensable y tremendamente placentera.
Carlomagno, Alejandro, Napoleón, Bosnia, Lepanto, Siria, Mahoma… y varias decenas de referencias más quedan enmarcadas ordenada y lógicamente en su entorno y momento. Se nos explican las razones políticas, sociales, religiosas… de los principales acontecimientos de nuestra historia, siempre desde la óptica este-oeste. Y nunca de un modo pesado puesto que han pasado tantas cosas que a pesar de sus nutridas 560 páginas, cada acontecimiento ocupa justo lo necesario. Quizás, incluso, un poco menos espacio del que apetecería. Y es que, cuando alguien sabe hablar, ¡qué gusto da oírle!
La visión global de un intelecto como el de este historiador nos divierte y enriquece página tras página, impulsando con frecuencia la reflexión personal ante una frase o comentario suyo. No es infrecuente el que te quedes con el libro en las manos y la mirada perdida, ocupado en desentrañar las razones y sinrazones de nuestra historia (y, por tanto, de nuestro presente).
No hay muchas conclusiones, puesto que la esencia de todo está en la complejidad, por supuesto, pero el autor aboga claramente por la necesidad de que comprendamos que al oriente actual no se le pueden aplicar recetas occidentales. Por muchos motivos. Si quiere usted conocerlos, lea el libro.