He aquí una novela absolutamente sorprendente: es excelente, es moderna, sucede en la actualidad en la ciudad de Bombay, sus protagonistas pertenecen a familias pequeño burguesas de religión parsi (zoroástrica) y, sobre todo, siendo COSTUMBRISTA, trata de una manera muy AMABLE al ser humano, con todos sus defectos y virtudes.
Es muy extraño hoy en día que una obra de arte nos sorprenda por su optimismo. Siempre recuerdo haber escuchado a Ruiz de Azua afirmar, en una entrevista, que prácticamente no existían novelas universales en las que el argumento fuera la alegría, la celebración de la vida, el amor, la amistad… y en las que los personajes disfrutaran de principio a fin. Aludía a Ada o el ardor, de Nabokov, como una de esas raras avis. Interesante opinión, porque Ada o el ardor -un libro muy inteligente, como no podría ser menos-, se hace bastante aburrido. ¿Será que lo sencillo, lo fácil, lo que no plantea problemas, no nos atrae? Podría ser.
Este libro es sorprendente porque su lectura se hace muy agradable e interesante aunque no suceda nada espectacular. Contemplamos con muchísimo placer los problemas y problemillas de una familia absolutamente normal. Son buenos, son honrados, a veces son listos, a veces tontos, algunos son muy egoístas, otros son desprendidos, unos ateos, otros religiosos. El hilo conductor de la acción es un abuelo al que sus hijastros no quieren tener en su casa y pretenden encajárselo a otros. Actual como la vida misma.
Y con este arranque, la novela sigue… y sigue sin pasar nada sorprendente. El padre va al trabajo, los hijos al colegio, la madre a sus labores, apuros económicos… pero te enganchas desde la primera página pues este Rohinton Mistry (un indio de Bombay emigrado a Canadá) es un originalísimo escritor de raza. Solo se me ocurre compararlo al eximio escritor checo Bohumil Hrabal cuyas obras son un canto a la vida y un prodigio de frescura (Trenes rigurosamente vigilados; Yo que he servido al rey de Inglaterra; Bodas en casa).
Cierto que en España tenemos un buen puñado de magníficos escritores costumbristas, pero todos ellos están marcados en mayor o menor medida por la amargura y la crítica social. Rohinton Mistry es un agudísimo observador de caracteres a la vez que un divertidísimo contador. Lees con una sonrisa en la boca y acabas reconciliado con el ser humano. ¿Qué más quieres? Y no hay nada de mentira en Asuntos de familia, ni una gota. De hecho en las últimas páginas se nos presenta un importante cambio en uno de los personajes que nos deja boquiabiertos. Y Rohinton se limita a describirlo. Nunca juzga.
¿Qué más quieren que les diga? Una novela de buenos sentimientos que al mismo tiempo es una muy buena novela. Una rareza, señores, una rareza a seguir. Esperemos a ver cuándo se traduce la última novela (2006) de este escritor de muchísimo peso: The scream (El grito, supongo).
Ahora que acaba de morir Berlanga (escribo esto al día siguiente de su muerte, 13-11-2010) se me ocurre que el estilo de este hombre tiene más que ver con el típico y maravilloso cine español neorrealista. Sí, estoy convencido de que esta es una comparación más correcta. Entrañable. Deliciosa.