MAO. La historia desconocida / Jung Chang y Jon Halliday (1)

Allá por los años en que yo andaba zascandileando en la universidad pululaban por aulas, pasillos y asambleas algunos colectivos políticos de filiación maoísta. Los llamábamos pro-chinos. Craso error. Mejor les habría ido la denominación de anti-chinos. Por la sencilla razón de que Mao es quien más chinos ha matado de la historia mundial. Más chinos y más personas humanas, muchas más que Hitler o Stalin. Decenas y decenas de millones. Han leído ustedes bien. Y eso en tiempo de paz.

Aquellos pro-chinos (y los que lamentablemente siguen existiendo a lo largo y ancho de este torturado mundo) estaban convencidos de ser lo más progre y avanzado de la política mundial. Se consideraban (y continúan considerándose) la vanguardia del movimiento de liberación de los humildes y de los oprimidos. Una especie de Jesucristos actualizados, vamos. Desconocen por completo la historia del siglo XX en China. No tienen la menor idea de lo que fue en realidad la “Revolución cultural”, ni la “Larga Marcha”, ni el “Gran paso adelante”, ni tantas otras políticas mediante las cuales Mao asesinó de las formas más crueles a millones de sus compatriotas. ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo fue posible tan monstruosa iniquidad?

No entiendo mucho de psicología pero que Mao era un psicópata queda fuera de toda duda. Carecía absolutamente de compasión (creo que esta característica enfermiza, la insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, común a los asesinos en serie, tiene incluso un nombre clínico) y actuaba movido únicamente por su interés personal de medrar y mantenerse en lo más alto (incluso fantaseó con sojuzgar al mundo entero). ¿Cómo consiguió tiranizar a tanta gente y llevar a cabo sus delirantes, irracionales y genocidas políticas? Mediante el terror más absoluto, el asesinato y la tortura indiscriminada, la mentira y el engaño sistemáticos, el desprecio más delirante por la vida humana… Su objetivo era que todo el país funcionara como un campo de concentración. Y casi lo consigue.

Tengamos siempre presente que la “maravillosa” China actual, el tren de la economía mundial a quien todo el mundo envidia, es hija directa de aquellos tiempos. Tan sólo han pasado 34 años desde la muerte del gran asesino. Su retrato aún preside la plaza de Tiananmen. Normalmente tendrían que sucederse algunas generaciones conviviendo en paz y libertad para que su población (al igual que la de la antigua URSS) recuperara la salud física, mental y emocional. De momento el Partido Comunista sigue controlando el país y las tremendas desigualdades continúan manteniéndose, ahora exacerbadas por repuntes descontroladamente permitidos de capitalismo salvaje.

Es indudable (lo digo yo y lo demuestro ante quien quiera) que el comunismo llevado a la práctica ha sido, con mucho, lo más lamentable que ha ocurrido en la historia de la humanidad. Y esto es necesario saberlo… yo diría que, más que necesario, obligatorio, si quieres entender algo de esta locura de mundo. He dicho.

A modo de ejemplo de lo que se van a encontrar en este libro me gustaría consignar una única información de entre las muchas extraíbles: el Gran Salto Adelante consistió en vender al extranjero la mayor parte de las cosechas para poder así comprar lo necesario para fabricar armas. Tan sencillo como eso. Esto sucedió durante muchos años seguidos y, como consecuencia, murieron de hambre millones y millones de personas. Reconocido por el mismo régimen, señores, aquí no hay trampa ni cartón.

Este es un libro gordo y repleto de datos, pero en modo alguno aburrido. Los acontecimientos se suceden sin descanso. Hay muchísimos nombres chinos, sí, pero es cuestión de acostumbrarse, qué le vamos a hacer, esto es la historia de China durante la vida de Mao. Si hubiera que resumirlo en una sola palabra, yo elegiría CRUELDAD. Con esto aviso de que para leerlo hay que tener estómago y no ser propenso a la depresión.

El mal está dentro del ser humano. Y esto hay que saberlo. Es muy importante saberlo. Cuando las circunstancias de la vida nos obligan a luchar por la supervivencia, nuestra respuesta puede ser terrible. Todos somos seres humanos.

La semana que viene y en este mismo lugar tendrán ustedes la posibilidad de leer algunas sabrosas citas de este revelador libro. No se lo pierdan.

Alberto Arzua

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